De la bilateralidad, exterioridad, heteronomía y coercibilidad, como características formales distintivas de las normas jurídicas, en comparación con las morales, religiosas y del trato social, la primera cumple más claramente con ese cometido, pues la segunda carece de validez plena, ya que es imposible erradicar la buena fe, la intencionalidad y los motivos como factores que influyan en la calificación jurídica de las conductas además, aun cuando no fuera así, los usos sociales son esenciales exteriores.