La memoria de un pueblo se revela en sus documentos. Ya se trate de un pequeño tepalcate, de una ofrenda funeraria, una pirámide de culto solar, un rastro de pintura mural, un códice, una fotografía, objetos de la vida cotidiana o papeles escritos, los rastros y los rostros de la historia son tan amplios y diversos como nuestro pasado mismo. En este sentido, es de nuestro interés mostrar una de las facetas de lo que los estudiosos del pasado denominan “la materia prima” de su labor: los documentos notariales.
Mediante este esfuerzo editorial deseamos transmitir a su lector no solamente la importancia que guardan los instrumentos o documentos notariales como fuente primordial en la reconstrucción de nuestra historia sino además hacer hincapié en lo fundamental que resultan las actividades de rescate y de conservación de nuestros fondos documentales, en este caso del Acervo Histórico del Archivo de Notarías de la Ciudad de México, proyecto en el cual el Colegio de Notarios del Distrito Federal ha participado decidida e intensamente.
Lic. José Ignacio Sentíes Laborde
Expresidente del Colegio de Notarios de la Ciudad de México, A.C.