La vida económica en el mundo actual se desarrolla casi totalmente a través de la actividad de agrupaciones de personas dedicadas especialmente a realizase actos de comercio y producción industrial. son uniones de voluntades y capitales.
El hombre aislado, el comerciante o industrial solos no pueden enfrentarse airosamente a las múltiples exigencias de carácter técnico y financiero y a la compleja organización que caracteriza la industria y comercio de nuestra época. Debe, por tanto, contar con el acuerdo de otras personas, el aporte de otras inteligencias y patrimonios para tener mejores probabilidades de éxito.
En nuestros días para que las negociaciones sean útiles a la Sociedad en general y a las personas que las emprenden, requieren grandes capitales, cuyo monto es difícil de alcanzar para un patrimonio personal. Por eso se ha recurrido con mayor frecuencia cada día a la aportación colectiva de numerosas personas que se convierten en socios con una participación patrimonial variable, que en su conjunto forma el capital social.