El Estado es una realidad socio-jurídica, que existe y subsiste por cuanto tiene encomendadas las más caras aspiraciones del hombre, a saber: su felicidad individual y colectiva; es por ello que debe gozar de una magnífica organización cristalizada en su constitución.
El estado para ello puede elegir la constitución que ha de tener, pero habrá de tener alguna, pues no se encuentra éste sobre el derecho, de suerte que pueda librarse del derecho mismo, y así, lo que depende en definitiva de su poder, no es el determinar si el orden jurídico debe existir, sino sólo como ha de organizarse. organizando éste, su actuación deberá ceñirse a los límites fijados por las normas constitucionales, siendo la resultante de todo ello, que ka constitución es el límite y medida de toda actividad de los poderes estatales.