Un grupo de compañeros de nuestra generación, que ingresó en 1962 a la Facultad de Derecho de la UNAM, ha tenido la magnífica idea de convocarnos a recordar y compartir vivencias de nuestros años universitarios. Gracias a la perseverancia de Rafael Ayala y al entusiasmo de Ingrid Brena, fueron reuniéndose el conjunto de anécdotas y testimonios que a continuación se publican.
Al escribir estas líneas, quiero dejar constancia de mi reconocimiento a la iniciativa de Fernando Ysita y de un buen número de amigos por continuar a lo largo de todo este tiempo la tradición de convivencia y compañerismo que caracterizaron nuestros años de estudio en la Facultad de Derecho.
La intención de esta publicación es, a través de sus páginas, volver todos a revivir momentos tan enriquecedores y tantas y disfrutables anécdotas. Recordaremos también a los maestros que nos dejaron huella por lo que aprendimos de ellos en su cátedra o por el influjo de su personalidad. Más allá de este rico mosaico de vivencias, aflora el tono emocional de una época y el espíritu del México de entonces en el cual tuvimos el privilegio de vivir, crecer y madurar.
José Ortega y Gasset nos recuerda que "comunidad de fecha y comunidad espacial son los atributos primarios de una generación", pero más adelante distingue con énfasis que no son los contemporáneos sino los "coetáneos", en un circulo de actual convivencia, quienes verdaderamente integran una generación. Sin ese conjunto de experiencias compartidas, no sería posible hablar de algo en común que nos vincule o nos asocie.