Patrimonio cultural: ensayos de cultura y derecho


Autor(es):
Jorge A. Sánchez Cordero


Editorial: Universidad Nacional Autónoma de México
Año: 2013


El lector tiene en sus manos la obra de un jurista excepcional. Jorge Sánchez
Cordero realizó sus estudios jurídicos en la Universidad Nacional Autónoma
de México y fue distinguido como un alumno sobresaliente en el país:
el gobierno federal le confirió la medalla de oro como el mejor alumno de
su generación (1969-1974) en la UNAM. Además, su tesis de licenciatura,
desarrollada como becario del Instituto de Investigaciones Jurídicas, fue galardonada
con mención honorífica.
Dotado de una notable aptitud analítica y de una infatigable capacidad
de trabajo, ha sabido conjugar las exigentes labores propias de su despacho
notarial con una intensa actividad jurídica internacional, con una fecunda
producción doctrinaria y con una asidua presencia en foros académicos y
periodísticos. A mediados del siglo anterior el historiador Cyril Parkinson
enunció la ley conforme a la cual la cantidad de trabajo que se realiza en
un tiempo determinado depende de qué tantas cosas se tienen por hacer.
Conforme a la Ley de Parkinson cuando se tiene poco por hacer de todas
maneras se emplea la totalidad del tiempo disponible; Jorge muestra que
también lo contrario es cierto: cuando se llevan a cabo muchas tareas, se
maximiza la utilización del tiempo. Esto, por supuesto, exige disciplina y
método; también implica restringir el esparcimiento.
Exigente consigo mismo como pocos, Jorge se impone jornadas extenuantes
pero muy fructíferas. Ha sido así como ha podido escribir ensayos,
dictar conferencias, elaborar proyectos de reforma constitucional y de ley,
formular dictámenes, colaborar en diversas organizaciones internacionales
y atender las absorbentes tareas de su notaría.
Si nos asomamos a ese fecundo e infatigable quehacer, que estamos
habituados a atestiguar quienes disfrutamos del privilegio de su amistad,
advertiremos que arriba a su despacho antes de que aparezcan en el horizonte
las primeras luces del día, y que cuando la tarde cae inicia su segunda
jornada, destinada a la investigación y a la redacción de sus siempre bien
informados y aun mejor escritos trabajos académicos y de difusión.


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