El origen del Código Civil para el Distrito Federal se remonta a los años veinte del siglo pasado, período de la promulgación del Código Civil para el Distrito y Territorios Federales en Materia Común y para Toda la República en Materia Federal, mientras que su denominación actual data de inicios de este siglo; a lo largo de los años ha experimentado numerosas reformas que si bien necesarias, dado el carácter casi centenario del documento, han pasado por alto la integralidad del texto. En consideración de lo anterior, un grupo de reconocidos civilistas —quienes además se desempeñan como catedráticos y profesionales de la abogacía y del notariado— se dio a la tarea de concebir un nuevo código civil para la ahora Ciudad de México. El proyecto partió del mantenimiento de la orientación y el contenido originales; asimismo, se conservó la tradicional integración del Derecho de Familia y el Derecho Civil, y se buscó dirección en codificaciones civiles foráneas —como la napoleónica, la argentina, la española, la alemana y la brasileña— y de distintas entidades de la República. Esfuerzo cuyo producto se verá coronado con su adopción como cuerpo legal definitivo.