El matrimonio es la unión legítima de un hombre con una mujer que se contrae con intención de durar toda la vida; es decir, durara en tanto no mueran los cónyuges o uno de ellos.
Más por razones lógicas, éticas y sociales, el matrimonio no es indisoluble; puede darse por terminado el lazo matrimonial, en vida de los cónyuges, al existir causas suficientes y graves para disolverlo.
El divorcio debe subsistir, como disolución del vínculo, por ser el remedio más completo para dar por terminada una vida en común.
Debe desaparecer nuestro Código Civil, el divorcio administrativo, con objeto de evitar su abuso.
Debe modificarse nuestra Ley procesal, en el sentido de crear un juicio especial, de divorcio, que se encuentre seriamente reglamentado.